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Testimonios: La Ley de los Testimonios

             Para acelerar su obra, el Señor utiliza testigos en lugar de una observación personal 


El Primer Testimonio[]

José Smith y el mandamiento que le fue dado de traducir el El Libro de Mormón, es un testimonio para ésta generación de la veracidad de la Restauración del Evangelio y La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Iglesia Mormona). Sin embargo el testimonio de José Smith no sería el único en afirmarlo, de conformidad con la ley revelada a Moisés y enseñada por Jesucristo ¨Por la boca de dos o tres testigos¨(Deuteronomio. 17:6, Mateo 18:16), el Señor reveló a José Smith que otros serían llamados ¨y además de tu testimonio, el testimonio de tres de mis siervos que llamaré y ordenaré¨ (D&C5:11).

José Smith había tenido sin duda alguna la visitación de Dios el Padre y su hijo Jesucristo. Un ángel lo había visitado varias veces y le había dado instrucciones, y había finalmente entregado a José un registro antiguo de escrituras grabadas en ¨planchas de oro¨. José Smith tradujo dicho registro y vivió durante ese tiempo gran persecución. Hubo muchos que creyeron en que de hecho él había tenido una visión y sabían que las escrituras que él estaba traduciendo eran sin duda registros que les ayudarían a saber más de Dios, pero nadie había visto en personalmente evidencia.

Los Tres Testigos[]

Los tres testigos (Oliver Cowdery, David Whitmer y Martin Harris) fueron de gran ayuda y bendición para el profeta José Smith. La presión que se daba a José Smith previo al momento en que los tres testigos vieran las planchas de oro en donde el Libo de Mormón estaba escrito fue descrita por su madre de la siguiente manera:

¨Cuando José entró, el cayó, descansó su cuerpo al lado mío y pronunció, ¨Madre! Padre! No imaginan cuan feliz estoy. El Señor permitió mostrar a tres testigos aparte de mí, las planchas. Ellos también han visto a un ángel y tendrán que testificar de la verdad de la cual yo he hablado, porque ellos saben por sí mismos que yo no intento desviar a nadie. Siento haber sido liberado de una gran carga que era demasiado pesada de aguantar; pero ahora ellos deberán soportar parte de ella, y regocija mi alma que no tengo que estar más completamente solo en este mundo¨.

El Testimonio del Espíritu[]

Tal vez el poder de un testimonio puede ser comprendido de una manera más fácil con la luz de las promesas del Señor de brindar un tercer testigo para mostrar la veracidad del Libro de Mormón y de la Iglesia restaurada; Iglesia mormona: ¨un testigo personal de Su espíritu para aquellos que aceptan la veracidad el Libro de Mormón y de la Iglesia. El Señor ha dicho,¨ Los visitaré con la manifestación de mi Espíritu ; y por la manifestación de mi espíritu; nacerán de mí, sí, del agua y del Espíritu¨(D&C 5:16). No hay duda alguna de un testimonio que ha nacido siendo acompañado por El Espíritu Santo.

Ésta clase de testimonio puro, acompañado por el Espíritu de Dios, salvará a aquellos que lo acepten, pero también condenará a aquellos que lo rechacen: ¨Y su testimonio saldrá para condenar a los de ésta generación, si endurecen sus corazones¨(D&C 5:18). Cuando contemplamos los miles de millones que han recibido un testimonio personal y las otros decenas de millares a los que ellos le han compartido su testimonio, vemos el poder que un testimonio tiene y el beneficio que trae a muchos alrededor del mundo.


Calamidades Venideras[]

El cuarto y final testigo será destructivo en lugar de constructivo. Las destrucciones serán periódicas hasta la destrucción final de todos los malos de la tierra por medio de la Segunda Venida de Jesucristo: ¨ porque se desatará una plaga asoladora entre los habitantes de la tierra, seguirá derramándose de cuando en cuando, si no se arrepienten, hasta que quede vacía la tierra, y sus habitantes sean consumidos y enteramente destruidos por el resplandor de mi venida¨ (D&C 5:19).

Cuando uno recibe un testimonio, uno tiene la capacidad de influenciar a otros de una manera positiva. El Libro de Mormon seguirá siendo un testimonio del amor del Salvador para sus hijos. La Iglesia seguirá adelante y se esparcirá por toda nación para cumplir con la obra del Señor. Sabemos que habrá esfuerzos futuros para destruir la obra, existirán quienes la ataquen y el Señor lo sabe de antemano, por lo que Él ha proveído defensas en contra de ello: ¨Las obras y los propósitos de Dios no se pueden frustrar ni tampoco pueden reducirse a la nada¨ (D&C 3:1).

Unámonos y compartamos nuestro testimonio con el mundo entero para salvar a sus habitantes de la destrucción que vendrá, es una obra de amor.

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